Edificada en la margen izquierda del Támega, junto a una importante vía que conectaba el litoral al interior del Duero, la fundación de la Iglesia de San Nicolás de Canaveses es de fecha posterior a 1320. La portada principal atestigua esta cronología tardía: la ausencia de columnas y capiteles. Por todo el edificio se nota un despojo ornamental, acentuando así el carácter tardío de su románico, llamado “de resistência” [resistente].
De tamaño modesto, sufrió modificaciones profundas en la Época Moderna marcadas por la apertura de ventanales rectangulares en la capilla mayor y en la nave.
También los arcos triunfal y del baptisterio, de lenguaje clasicista, fueron obra de este período.
En el interior dominan los paramentos de granito aunque, por los vestigios existentes, la Iglesia debe haber sido revestida, al pasar de la Edad Media para la Época Moderna, con pinturas al fresco, como testifican los ejemplos preservados. Descubiertos accidentalmente en 1973, aún quedan algunos paneles con representaciones de San Antón, en la pared norte de la nave, fragmentos de una Anunciación, sobre el arco triunfal del mismo lado, Santa Catarina de Alejandría, en el lado sur de la nave, un santo benedictino, junto al arco triunfal, del lado sur, y otra Anunciación, en capa sobrepuesta, en el mismo lado de la nave.
Ubicación: Marco de Canaveses