Soalhães fue un territorio particularmente codiciado por la nobleza medieval.
La importancia de esta tierra dictó que sus señores adoptasen este topónimo para su apellido, como en el caso de don João Martins, llamado “de Soalhães”, obispo de Lisboa y arzobispo de Braga.
Sin embargo, son pocos los restos románicos dejados a la vista por la profunda intervención realizada en la Iglesia en el siglo XVIII. Su portada principal, datada del siglo XIV, muestra una organización protogótica, confirmada por la falta de tímpano y por el cariz naturalista de sus capiteles. Aunque el óculo de la portada haya sido reparado durante la intervención del siglo XVIII, la verdad es que esto no ocurrió en el interior, donde aún hoy apreciamos una moldura puntuada por perlas, motivo muy esparcido por la arquitectura románica de las cuencas del Duero y Támega.
En su interior, una tumba del siglo XIII o XIV, albergada por un arcosolio en la capilla mayor, del lado derecho, cohabita con una profusión de colores y materiales que atestiguan una inversión algo excéntrica en paneles de azulejos, de madera en medio relieve policromados y en la ornamentación de la talla de los propios retablos [altares].
Ubicación: Marco de Canaveses