La leyenda de Travanca, asociada a los combates de Travanca, se remonta a los años siguientes a la Restauración de la independencia. En ese conturbado periodo en que España buscaba invadir de nuevo Portugal, corría el año de 1662 cuando las tropas castellanas se apuntaron para atacar la plaza de Paredes de Coura. En la noche del 9 de agosto, víspera del día de S. Lorenzo, el ejército español avisó numerosas luces en la ladera del monte en Cerdeira, parroquia de Cunha. Abismados y aturdidos con la cantidad de lo que creían que eran soldados portugueses, las huestes castellanas, que durante el día no habían visto el gran momento, se vieron invadidas por sentimientos de inseguridad y miedo. La mañana siguiente, la confusión del ejército español fue propicia para que los militares portugueses considerasen vencida la lucha, al haber huido los españoles del territorio portugués. Las abundantes luces que alarmaron al ejército español la noche anterior eran, en realidad, manadas de vacas que, en un milagro, tenían las astas iluminadas. El pueblo asoció este acontecimiento a la protección de S. Lorenzo, y a partir de ahí el festivo municipal pasó a ser el 10 de agosto.
Ubicación: Paredes de Coura
Ubicación: Paredes de Coura