Unos siglos antes del nacimiento de Cristo, los pueblos del noroeste de la Península Ibérica desarrollaron formas de vida caracterizadas, entre otras cosas, por un tipo de ciudad: los Castros.
Los Castros no eran más que pueblos fortificados, creados en colinas prominentes y con gran dominio visual. Estas preocupaciones defensivas por lo general se complementan con la construcción de muros de piedra y / o zanjas profundas para dificultar el acceso a la localidad.
El Castro de Ovil fue identificado en febrero de 1981, en un sitio conocido como Castillo, lugar do Monte, parroquia de Paramos, municipio de Espinho.
El pueblo está situado en una pequeña colina que tiene, sin embargo, las buenas condiciones de defensa: el arroyo de Paramos el sur y suroeste y un profundo foso en el norte y noreste.
Ubicación: Espinho
Los Castros no eran más que pueblos fortificados, creados en colinas prominentes y con gran dominio visual. Estas preocupaciones defensivas por lo general se complementan con la construcción de muros de piedra y / o zanjas profundas para dificultar el acceso a la localidad.
El Castro de Ovil fue identificado en febrero de 1981, en un sitio conocido como Castillo, lugar do Monte, parroquia de Paramos, municipio de Espinho.
El pueblo está situado en una pequeña colina que tiene, sin embargo, las buenas condiciones de defensa: el arroyo de Paramos el sur y suroeste y un profundo foso en el norte y noreste.
Ubicación: Espinho