Castillo románico, ubicado en otros tiempos en Terra de Basto, se enmarca en el movimiento de fortificación que marcó el territorio europeo entre los siglos X y XII.
En su estructura, ubicada en la cima de una montaña, destacan cuatro elementos defensivos: la torre de homenaje (cuyo último piso y conjunto de almenas fueron reconstituidos en el siglo XX), el torreón cuadrangular, una única puerta y la cisterna.
Se identificaron testimonios arqueológicos relativos a la ocupación de la fortaleza entre los siglos XIV y XVI. Ésta pertenece a la época de decadencia de la estructura que, en tiempos de paz, era sólo un símbolo de organización administrativa y del poder señorial que tutelaba el territorio.
El abandono se verificó definitivamente a partir de 1717, cuando las élites dejaron el pequeño lugar del pueblo de Basto, cambiando la sede del municipio a la localidad de Britelo, donde hoy se localiza Celorico de Basto. La memoria del pequeño pueblo de Basto aún persiste a lo largo del ramal que le dio origen y que conectaba la vieja carretera de Lixa a la importante vía Amarante-Arco de Baúlhe, hoy identificada como el pueblo de Castelo. La picota, la casa de las audiencias y la botica recuerdan la animada calle a lo largo de la que creció la población.
Ubicación: Celorico de Basto