Se encuentra en la Praça dos Combatentes (Plaza de los Combatientes). A pesar de su tamaño, este enorme arco de granito desprende ligereza. En él hay una simbiosis entre uno de los trabajos de ingeniería más ancestrales y el granito. En esta escultura, toda la tensión e inestabilidad del escultor están presentes y procura sugerir el movimiento a través de la rotación, necesaria para admirar su obra. Su escala encaja perfectamente en el amplio espacio en que está situado.
Ubicación: Carrazeda de Ansiães